domingo, 8 de enero de 2012

사랑해(I love you)

Título:사랑해 (I love you)
Grupo: DBSK/TVXQ
Pareja: JaeMin/YooMin
Género: Slash, Lime, Angst, Lemon(?), tintes de sado XD
Advertencia: Muerte de un personaje
Extensión: OneShot


“Prometimos siempre estar juntos y nunca separarnos…”


Jaejoong descargaba la última caja con una sonrisa en el rostro, con su antebrazo izquierdo limpió el poco sudor que corría por su frente. Acomodó la caja junto con el resto, sacudió un poco el uniforme y le brindó aquella sonrisa a su jefe.
-Ya he terminado señor.

Dijo bastante animado aún con la sonrisa en el rostro y con las manos bailándole de la impaciencia, quería irse lo más pronto posible.
-Ya veo, Jaejoong,-le contestó el hombre que era su jefe, An SeungHo.- ya puedes irte.-sonrió haciendo que sus ojos prácticamente desaparecieran.

Jaejoong hizo una reverencia y se fue corriendo a los vestidores, cambiándose en segundos, miró el calendario que pendía en la puerta de su casillero, 18 de febrero. Con la misma sonrisa tomó su bolso y salió de la habitación, tenía que hacer muchas cosas y no tenía mucho tiempo.

-¡Jaejoong!

La voz de su jefe lo hizo voltear, con una sonrisa nerviosa hizo una leve inclinación.
-Tony hyung, lo que me tienes que decir, ¿no me lo puedes decir mañana?-hizo un puchero- No tengo mucho tiempo, tengo muchas cosas que hacer.
-Yah, Jaejoong-ssi, ¿hoy es el cumpleaños de tu hermano, cierto?-el menor asintió frenéticamente. SeungHo le extendió el paquete que llevaba en manos ofreciéndoselo, Jaejoong le miró interrogante.- Es un pastel, considéralo como un regalo de mi parte.

La sonrisa del joven se extendió todavía un poco más, hizo una última venia agradeciéndole para marcharse al fin. SeungHo se quedó mirando hacia la dirección en la que había tomado Jaejoong; era sorprendente lo trabajador que era ese muchacho, a pesar de que él ya era todo un hombre no podía evitar sentir un poco de envidia por el chico, envidiaba esa energía tanto como lo admiraba. Suspiró encarnando una sonrisa, seguramente Changmin se sentiría orgulloso de su hermano.


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Los estudiantes se encontraban esparcidos por todo el plantel, algunos sentados en las gradas y otros tantos listos para irse a sus casas. Recargado en la pared cercano a la salida se encontraba Jaejoong, su vista se alzó sólo para toparse con uno de los estudiantes quien le miraba sorprendido. Su expresión cambió para sonreírle.
-Jae hyung, ¿qué haces aquí?-el joven corrió hasta quedar frente al mayor sin dejar de sonreír.
-Hoy salí temprano del trabajo,-el pelinegro se incorporó acercándose a Changmin tomando su bolso- vamos a casa.

El rostro de Changmin pareció ensombrecerse un poco, pero aun así no protestó y siguió al mayor. En todo el camino permanecieron en silencio, ninguno se atrevió a decir palabra y Jaejoong comenzaba a sentirse incómodo y un tanto preocupado. Jaejoong dejó escapar un suspiró al saberse cerca de su hogar. Nervioso pasó la llave abriendo la puerta, tomó la manija y la giró lentamente.
-Yah, abre rápido quiero dormir.

La molestia era evidente en la voz de Changmin y Jaejoong sabía muy bien cuál era el motivo, abrió la puerta entrando él primero dejando a un asombrado Changmin.
Una sonrisa bañada de timidez se asomó por el perfecto rostro de Changmin al toparse con la sorpresa que su hyung había preparado, corrió hasta Jaejoong y lo abrazó.
-Gracias, Jae.-susurró escondiendo tímidamente el rostro en la espalda del mayor.

Jaejoong pasó una de sus manos por los brazos del castaño deshaciéndose con cuidado del abrazo, girando sólo para verlo. Tomó el rostro del menor mirándolo directamente a los ojos sintiendo aquella conexión que siempre habían tenido.
Mirándolo detenidamente, observando sus ojos de color chocolate, sus labios y el ligero carmesí que adornaba las mejillas de Changmin. Acercó su rostro besándole la frente, Changmin suspiró. Se separó un poco solamente para volver a ver aquellos orbes y juntar sus labios rompiendo la poca distancia que los separaba. Sus labios danzando lentamente, las manos del azabache pasaron por el uniforme de Changmin desabrochando con parsimonia los botones de la camisa, deslizó la prenda por sus hombros exponiendo la piel. Un escalofrío lo inundó soltando un suspiro.

Los gritos de sus padres se escuchaban por toda la casa. Los hermosos ojitos de Changmin se encontraban bañados en lágrimas, no sabía que estaba pasando pero tenía miedo. Sentía que en cualquier momento comenzarían a golpearse.

Recorrió la curvatura de su cuello con la yema de los dedos admirando la belleza del menor. Adorando la forma en que sus mejillas ardían a pesar de las tantas veces que había visto ya su cuerpo desnudo. Despojó en su totalidad la prenda deleitándose con la vista que el menor le propinaba. Dejó varios besos en su cuello ascendiendo hasta su oreja izquierda, mordiendo y lamiendo el lóbulo haciendo que un gemido saliera de su boca. El castaño llevó sus manos al rostro de Jaejoong buscando con desesperación sus labios.
Con pasos torpes fueron caminando hasta la habitación, desprendiéndose de las estorbosas prendas que sólo impedían que se sintieran en su totalidad.

Los pasos de uno de sus padres subiendo las escaleras perforaron sus oídos sintiendo el miedo incrementar. Se volvió a encoger en la pequeña esquina de la habitación, cerrando los ojos esperando a que todo pasara.
La manija de su habitación se movió y sus ojos se abrieron con pánico, sintió su corazón latir con más fuerza. Dobló más sus piernitas como si así pudiera desaparecer. La puerta se abrió.

Recorrió con sus labios la piel canela, descendiendo hasta uno de sus pezones saboreándolo, mordiéndolo, lamiéndolo. Disfrutando de cada gemido que escapaba de aquellos labios que tanto amaba.
-Hyung…-gimió Changmin, sintiendo como se retorcía en cada caricia debido al placer que sentía.
-Shh…-depositó su índice en los labios del menor deslizándolo para después reemplazarlo por sus labios. Con sus lenguas danzando y sus manos explorando el cuerpo del otro.

La puerta se cerró y escuchó las pisadas de alguien aproximándose a él, la oscuridad de la habitación le impedía ver el rostro de la persona. Movió sus piecitos tratando de alejarse pero la pared ya estaba cerca.
-Shh… no te asustes.-cuando reconoció la voz no pudo evitar saltar hacia éste abrazándolo con el cuerpo tembloroso y las torrentes de lágrimas recorriendo su rostro.
-Jae hyung, tengo miedo.-el pequeño de seis años se escondió en el pecho del más alto.

El vaivén desenfrenado acompañado con la exquisita estrechez de Changmin estaba volviendo loco a Jaejoong, sumando con la hermosa melodía que producía cada vez que tocaba aquel punto sensible. Escondió el rostro en el cuello del menor sintiéndolo contraerse, retorciéndose del placer.
Su nombre escapando en un gemido. Lo amaba.

Jaejoong lo abrazó con fuerzas sintiéndose impotente, a pesar que era sólo un niño y sabía que no podía hacer nada, cómo deseaba que Changmin no sufriera. Quería impedir todos esos malos ratos y maltratos de sus padres para con ellos, pero sobre todo contra él. Lo quería proteger sobre todas las cosas.
Para cuando la riña parecía haberse detenido lo soltó y miró a los ojos.

-Changmin, mírame,-el pequeño con la dificultad que la oscuridad le propinaba trató de enfocarlo- te prometo que te sacaré de aquí, tú y yo nos iremos de este lugar. Nos largaremos y seremos felices.

Los ojos de Changmin se hicieron enormes ante lo dicho y un pequeño hipo comenzó a aparecer.

-¿E-En serio, hyung?-contestó el pequeño ilusionado en medio del llanto- ¿Lo prometes?

Jaejoong tomó la mano del menor entre la suya.
-Lo prometo, juntaré dinero y nos iremos de aquí.

Jaejoong  jugaba con los cabellos del menor mientras éste reposaba en su pecho, sintiendo la cálida respiración chocar contra su piel.
-Feliz cumpleaños número 17, Min.-depositando un beso en su cabello.
-Gracias hyung…-elevó la vista mirándole enternecedoramente sonriendo con aquel toque de timidez-…por lo de hace rato… lo siento, pensé que lo habías olvidado.

Acarició su rostro dejando un fugaz beso en los labios resecos.
-Eso nunca, te amo Changmin.-dijo aferrándolo más contra sí.
-Yo también, hyung.


Los ligeros rayos del Astro Sol se asomaban por la ventana golpeando su rostro, avisando que un nuevo día había comenzado. Changmin se removió entre las sábanas  en un intento por dormir un poco más.
Un beso en su mejilla y bastó para hacerlo despertar. Abriendo sólo uno de sus ojos.
-Yah, despierta dormilón.-revolvió sus cabellos.

Talló uno de sus ojos intentando espabilarse observando a Jaejoong dirigirse a la cocina, con pesadez se puso de pie encaminándose hacia el comedor mirando como su hyung iba y corría de un lado a otro mientras cocinaba. Una risita escapó de sus labios.
-Yah, Changmin-ah, ¿de qué te estás riendo?-preguntó en un falso intentó de sonar molesto.
-De lo gracioso que te ves hyung.

Jaejoong no pudo hacer nada más que sonreír y servir la comida.

-Ayer olvidamos comer…-susurró haciendo que el otro se sonrojara violentamente- supongo que tendrás mucha hambre.-sin decir nada tomó asiento sintiendo sus mejillas arder ante cada palabra que le mayor decía.- Por cierto,-sus ojos se posaron en la persona frente a él- Tony hyung te regalo un pastel.
-Oh, debería darle las gracias la próxima vez que lo vea.

Se removió en su asiento mientras comenzaban a desayunar, disfrutando de la comida recién hecha por el mayor.
-Por cierto Changmin, ¿cómo te ha ido en la escuela?

El inesperado cambió de conversación pareció incomodar al menor, como si no quisiera tocar el tema. Esto sólo hizo que Jaejoong se preocupara más alzando una ceja y entrelazando una de sus manos.
-¿Sucede algo malo? ¿Otra vez te están molestando esos chicos?

Changmin negó.

-No, no es eso, es que…-dejó sus palillos de lado removiéndose en su asiento.- Nos han pedido hacer un trabajo en equipo…
-¿Y eso es tan malo? ¿Es por la casa que te sientes así? ¿Te da vergüenza de que vengan aquí?-el más joven volvió a negar esta vez viéndole.
-No es eso hyung,-suspiró- el problema es la persona con la que me ha tocado.-Sus ojos viajaron por el lugar que era su hogar, nada presuntuoso y suficiente para ellos dos.- Es un pesado, es uno de los chicos más populares y que se sienten el centro de atención.

Jaejoong soltó una carcajada ante la graciosa expresión de asco que el menor había hecho.
-¿Qué? ¿De qué te ríes, hyung? No es gracioso.-hizo un puchero.
-Ya, ya, está bien.-exhaló- ¿Por qué no tomas esto como una oportunidad para hacer amigos?
-¿Con Park Yoochun? ¡Nunca!
-Jajá, Min-ah, no puede ser tan malo.-el menor le dedicó una mirada de ‘no sabes lo que dices’ provocando la risa del más grande- Además, no me dirás que con Junsu es más que suficiente, porque sé que no es así; además de que el delfín está con su papá en Japón.

Changmin sólo miró su plato de comida derrotado, sabía que no podría ganarle a su hermano si seguían con la conversación. Suspiró cansadamente.
-Está bien, haré el intento de no asesinarlo.

Jaejoong sonrió sin saber.


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Changmin caminó apresuradamente pasando a un lado de su compañero de equipo en un intento por pasar desapercibido, aunque había dicho que lo intentaría preferiría mil veces hacer todo el trabajo solo antes que hablar con el dichoso Yoochun.
Yoochun platicaba con sus amigos  y unas cuantas chicas cuando vio una silueta muy parecida a la de su compañero pasar a su lado. Giró para comprobar.
-¡¿Shim Changmin?!-el aludido detuvo su paso maldiciéndose internamente puesto a que hubiera sido una mejor opción ignorarlo. Una sonrisa apareció en el rostro de Park corriendo hacia éste.- Oh, sí eres tú.

El chico colocó sus manos en las rodillas intentando recuperar el aliento y, es que a pesar de ser atleta,  la carrera lo había tomado de imprevisto. A Changmin no le quedó de otra más que darse la vuelta y el encarar al moreno.
-Por un momento pensé que huías de mí.-comentó en son de broma.

«Si supieras que en verdad lo estaba haciendo» Pensó el menor de los dos.

-Eh… sí, ¿sucede algo?-el menor contestó con cierto deje de indiferencia.
-El trabajo en equipo, tenemos que hacerlo ya.-sonrió el otro abiertamente haciendo que a Changmin sólo le volvieran las ganas de huir.- ¿Podemos ir a comer un helado o beber algo?

El más alto pareció vacilar unos momentos pero no le quedó de otra más que resignarse.
-Está bien.


Changmin observó por segunda ocasión el lugar en los quince minutos que llevaban ahí. El lugar que Park había elegido era demasiado ostentoso para su gusto y el hecho de pensar que el maldito helado que Yoochun estaba comiendo costara aproximadamente lo que Jaejoong pagaba en renta, sólo hacía que el estómago se le revolviera. Yoochun volvió a mirarlo preocupado ante la notable incomodidad que dejaba entrever el muchacho.
-¿Sucede algo?-preguntó con el ceño fruncido.
-Verás, el helado que estás comiendo cuesta aproximadamente lo mismo que el alquiler de la casa donde vivo.-Yoochun dejó la cuchara de lado comenzando a entender el porqué de su actitud.- Como sabrás, soy un alumno totalmente becado, por lo que no me puedo dar esta clase de lujos.

Yoochun carraspeó.

-En ese caso, si te sientes incómodo podemos irnos de aquí y la próxima vez elegimos un lugar que sea de tu agrado.-sugirió.
-Ya has pedido y no desperdiciarás ese dinero ahora,-suspiró cruzándose de brazos- además no planeó que haya una segunda vez. Si acepté venir contigo era para decirte que no te preocuparas, yo haré todo el trabajo por lo tanto ya tienes el diez asegurado.

El moreno alzó una ceja confundido.
-¿Podrías dejar de hacer eso?-pidió extrañando al menor.
-¿Hacer qué?
-Tratarme como un imbécil, está bien, sé que soy popular y me gusta serlo. Pero eso no significa que me guste obtener calificaciones que no merezco; y si te molesta esta clase de lugares, sólo dímelo e iremos a otra parte.

Changmin frunció el ceño.

-Qué extraño…-Yoochun le miró otra vez confundido- pensé que serías diferente, veo que me equivoqué.
-En ese caso debes dejar de juzgar a las personas por su apariencia, a veces no son lo que uno piensa.-sonrió abiertamente haciéndolo sonrojar.

El menor desvió la mirada intentando ocultar sus sonrosadas mejillas.
-Sí, ya no lo haré.

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Jaejoong se acercó por la espalda colocando sus manos encima de las del menor mientras éste limpiaba los platos, comenzando a jugar con la espuma que había en su mano. Depositó un beso en su mejilla.
-¿Cómo te ha ido con el trabajo?-preguntó recorriendo con la yema de sus dedos la suave piel de los brazos del menor.
-Pues, hemos avanzado bastante estos días, además de que Yoochun-ssi no es tan malo como parece.-dijo con una sonrisa en el rostro.

Jaejoong hizo un extraño ruido con la boca llamando la atención del menor.
-¿Pasa algo?
-Nada es sólo que,-colocó su índice en la mejilla del menor dejando un rastro de espuma- si sigues sonriendo así cada vez que hablas de ese Yoochun me pondré celoso.

Las mejillas de Changmin se encendieron. Tomó el rostro del mayor entre sus manos y besó sus labios tímidamente.
-Hyung, yo sólo te quiero a ti.-le sonrió- ¿Lo recuerdas? Siempre estaremos sólo tú y yo juntos…
-…y nunca ni nadie nos podrá separar.

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Changmin explicaba completamente absorbido por el tema tratando de sonar lo más sencillo posible para que ninguna duda quedara en su compañero; pero éste parecía más interesado en admirar su rostro y facciones. El joven formuló una pregunta pero no recibió respuesta, volvió a preguntar obteniendo el mismo resultado.
El chico rodó los ojos impaciente mirando molesto a su compañero.
-Yoochun-ssi, deja de mirarme y responde lo que te dije.

Pero al parecer eso tampoco había funcionado. El mencionado se limitó a extender una de sus manos acariciando la mejilla de Changmin. El menor se quedó estático ante el súbito contacto, sintiendo la sangre acumularse en sus mejillas.
-Yah, Yoochun-ssi, deja de jugar-quitó su mano desviando la vista nervioso, esa era la primera vez que tenía contacto con otro chico que no fuera Jae, incluso a Junsu le negaba esa clase de muestras de afecto.
-Tu piel es más suave de lo que pensaba.-pensó en voz alta el moreno sin despegar su vista del menor.
-Yah, deja de hacer eso. Estás actuando raro.-rió nerviosamente sintiendo a los pocos segundos la fría mano de Yoochun en su mejilla de nueva cuenta.
-Y tu ojo derecho se cierra cuando sonríes.
-Yoochun, sabes… esto es extraño así que yo…-

Sus palabras se vieron interrumpidas por el inesperado beso de Yoochun, sus ojos se abrieron en demasía y la extraña sensación de ser tocado por otra persona que no fuera Jaejoong.
Changmin se alejó rápidamente tomando sus cosas huyendo de ahí, con una mirada muy parecida a la del terror.

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Changmin esa noche no pudo dormir pensando en el beso que Park le había dado, todo aquello le resultaba tan extraño y nuevo a la vez. Se acurrucó en el pecho de Jaejoong.
El mayor pareció removerse abriendo uno de sus ojos.
-¿Pasa algo malo?-cuestionó adormilado.
-Hyung, ¿podrías besarme?

Jaejoong sólo sonrió y obedeció.


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Changmin no volvió a tocar el tema del beso, tal vez por temor de recibir una respuesta que no sería de su agrado, pero prefirió no hablar de ello. Las únicas veces que hablaba con Yoochun era sólo por trabajo y eso ya lo estaba cansando.
Cada vez que Yoochun intentaba hablar de lo sucedido Changmin se salía por la tangente, inventaba cualquier excusa.
-Changmin, tenemos que hablar…-el menor sonrió nerviosamente ante el posible tema de conversación.
-Sabes, me tengo que ir a trabajar y yo-
-Changmin, yo sé que no trabajas, deja de estar haciendo excusas tontas sólo para que no hablemos sobre lo que pasó.-Yoochun parecía molesto.
-Sí, lo sé…-exhaló pesadamente- solamente estabas jugando, así que no te preocupes hyung, yo, yo entiendo.

Yoochun tomó de su muñeca obligando que lo mirara.
-No Changmin, tú no entiendes, tú… tú me gustas.-ahí estaba otra vez ese extraño sentimiento.- No, yo… creo que me he enamorado de ti.

Los ojos del castaño comenzaron a humedecerse, soltándose de su agarre tomó sus cosas y salió corriendo de ahí con su corazón latiendo violentamente y una mezcla de emociones.

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Algo malo sucedía, eso sabía Jaejoong, Changmin siempre había sido cariñoso con él y ahora se comportaba de una manera fría. Evitaba cualquier tipo de contacto físico y eso no era normal, algo estaba sucediendo con él.
El simple hecho de pensar que había aparecido una persona hacía que su sangre hirviera. No permitiría que nadie lo alejara de él.

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Yoochun no podía dejar las cosas sólo así, así que decidió irlo a buscar. Esperó por dos largas horas afuera de su casa, estuvo a punto de irse pero escuchó la voz de su querido Min acercándose.
No supo porqué pero se escondió, tal vez temía que lo volviera a rechazar. Miró a Jaejoong abrir la puerta, inmediatamente supuso que sería su hermano, el chico entró pero se quedó recargado en la puerta esperando a que Changmin pasara. Ya en el umbral pasó uno de sus brazos alrededor de la cintura del menor atrayéndolo hacia él, uniendo sus labios en un beso desesperado.
Ese no era un beso normal, uno de hermanos, no, era de amantes. Yoochun retrocedió ante lo que veía, eso no podía ser cierto, eso no era correcto.


Park intentó hablar en más de una ocasión con Changmin, pero éste sólo lo rechazaba y pedía que se alejara de él. ¿En verdad amaba de esa manera a su hermano? ¿Tanto lo amaba?


Jaejoong lo esperaba en la salida, con aquella pose de completa indiferencia. Vio al moreno insistir con Changmin y éste evadiéndolo, golpeó la pared con su puño. Porque a pesar de que Changmin parecía no tener interés en el chico, sus ojos decían otra cosa, sus ojos brillaban diferentes.

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El castaño se separó del sofocante beso, sintiendo los dientes de Jaejoong apoderarse de su cuello, estaba siendo muy brusco. El mayor abrió impaciente la camisa de Changmin haciendo que los botones salieran disparados por toda la habitación.
Changmin se sentía asfixiado.
-H-Hyung, m-me estás lastimando.-se quejó al sentir las manos del mayor pasarse sobre su piel de una forma bastante dura.

Jaejoong miró los ojos del menor.
-¿Y tú no me lastimas también a mí?

Changmin no entendió a lo que se refería, pero a pesar de las tantas veces que se quejó del dolor Jaejoong no cambió su comportamiento, hasta parecía gozarlo. Sus labios rojos e hinchados eran adornados por pequeños hilos de sangre que Jaejoong se dedicaba a lamer, su cuello ahora lleno de marcas y los dedos de su hyung tatuados en su piel.
Ese no era el Jaejoong que él conocía, éste era un monstruo.

No importaron las veces en las que pidió que se detuviera, que doliera e incluso que sangrara, Jaejoong no se detuvo.
Y lo peor fue, que esa no fue la única noche, de esa le siguieron más.

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Yoochun miró preocupado a Changmin, estaba actuando extraño, distante incluso con su amigo Junsu y el brillo en sus ojos se había apagado. Llevaba camisas de manga larga aun cuando era verano.

-Changmin, tenemos que hablar.-tomó de su muñeca provocando que un gemido de dolor saliera de sus labios. Yoochun frunció el ceño y miró interrogante a Changmin, quien sólo se mostraba temeroso.

Tomó la manga de su camisa y la subió dejando al descubierto marcas en su muñeca del día anterior. Yoochun miró a su alrededor soltando su muñeca y ahora tomando de su mano llevándolo a un lugar donde pudieran hablar a solas.
Esperó a que el menor le diera una explicación pero éste parecía no querer hablar sobre el asunto, Yoochun suspiró cansado.
-¿Quién te hizo eso?

Changmin sólo levantó la vista para después mirar sus pies, una lágrima descendió por su rostro. El moreno estaba preocupado por él, y él no se lo merecía, no merecía eso.
-Tú no me conoces.-negó con la cabeza limpiando las gotas saladas que habían aparecido.
-¿Fue Jaejoong?-sus ojos se abrieron como plato y su labio inferior comenzó a temblar, tenía miedo. Tenía miedo de ser rechazado, después de todo Jaejoong y él no dejaban de ser hermanos.- Sé que entre él y tú hay algo,-los ojos de Changmin se abrieron todavía un poco más- no te juzgaré, sólo… sólo dime si fue él quien te hizo eso.

Decir cada palabra le dolía a Yoochun, porque Changmin era la primera persona a la que realmente amaba. El castaño sólo agachó la cabeza debido a la vergüenza que sentía, el llanto se hizo incontenible.
-Sí…-soltó en un débil susurro.

Yoochun apretó su puño con más ganas.
-Yo… yo no sé quién es él.-murmuró en medio del llanto.- Él no es Jaejoong hyung, no es la persona que yo conozco.

El moreno le abrazó sintiendo su pecho humedecerse, Changmin se aferró a él.
-Changmin, ¿por qué no le dejas? Te está lastimando.-Yoochun había comenzado a llorar también.
-No puedo.-el menor se separó mirándolo a los ojos- Él sólo me tiene a mí, y yo sólo lo tengo a él.
-No, no, no… eso no es cierto.-Yoochun tomó de su rostro.- Mírame, me tienes a mí.
-Hyung, yo lo amo a él.-mintió con una sonrisa débil.- Yoochun hyung me gusta, pero… Jaejoong es la persona a la que amo.
El moreno lo abrazó fuertemente.- ¿Aun cuando está mal?
-Sí.-pasó sus manos por el blanco rostro de Yoochun limpiando las lágrimas que caían por éste. Jaejoong había renunciado a tantas cosas por él, aun cuando su corazón perteneciera a Yoochun.
El moreno acercó su rostro al del muchacho dejando un suave beso en sus labios, Changmin cerró los ojos perdiéndose en el acto. Yoochun merecía alguien mejor, debía dejarlo ir…

Pero en los ojos de Jaejoong, sólo había traición. Sin que ninguno de los dos notara se marchó del lugar, recordando las veces en que él y Changmin se habían amado.
Ellos siempre estarían juntos.
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Changmin se paró en seco al toparse con el azabache en el comedor, se sorprendió al verlo en medio de la oscuridad del lugar.
-Hyung, ¿por qué no enciendes las luces?

Jaejoong se puso de pie acercándose y posando una de sus manos en el rostro del menor, lo besó. Lo besó con ternura, una lágrima descendió por su mejilla. Los ojos de Changmin se abrieron viajando hasta su abdomen, su ropa se tiñó carmesí, su mano tocó la herida.
-¿Por qué hyung?-preguntó con los ojos cristalinos.
-Lo siento Changmin.-Fue lo único que respondió el pelinegro antes de volver a clavar el arma en el cuerpo del muchacho. El cuerpo de Changmin bañado en sangre en el suelo, intentando respirar.

Jaejoong se recostó junto a él, lo abrazó. Pasó el cuchillo en sus muñecas cerrando los ojos debido al dolor. Changmin se retorcía, no quería morir. El pelinegro acarició la mejilla del menor dejando un rastro de sangre.
-¿Lo recuerdas Changmin-ah? Prometimos estar siempre juntos y nunca separarnos… estoy cumpliendo nuestra promesa…

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Yoochun corrió con toda la fuerza que sus piernas le permitían, tenía un extraño presentimiento tenía miedo. Golpeó una, dos veces la puerta, nadie abrió no había luces encendidas. Se asomó por la ventana, la oscuridad de la noche no le permitía ver nada, la cortina se movió y logró vislumbrar a Changmin y Jaejoong tendidos en el piso.
Rompió la ventana y llamó a una ambulancia.

Su rostro cubierto en lágrimas con la vista perdida, no tenía fuerzas, Jaejoong se las había arrebatado.

«Lamentablemente los jóvenes ya habían perdido mucha sangre, intentamos hacer todo lo que pudimos. Lo sentimos»

Las palabras del doctor resonaban en su mente.
¿Por qué lo había hecho Jaejoong? ¿Por qué si Changmin había decidido estar a su lado? ¿Por qué lo alejó más de él? ¿Por qué si Changmin a quien siempre había amado era Jaejoong?

Simplemente… no entendía.

FIN

 (N/A: Qué asco de historia hice >3<)

domingo, 22 de mayo de 2011

Lovin' You



Título: Lovin' You
Grupo: DBSK/TVXQ
Pareja: JaeMin/ChangMinHo
Género: Slash, Lime, Angst, Lemon (?)
Advertencia: Muerte de un personaje
Extensión: OneShot

Resumen:
Hay una frase bien dicha que es “Hay amores que matan”. ChangMin conocerá el verdadero significado de aquella frase al lado de JaeJoong. Cuando los límites del amor se sobrepasan y la palabra amor comienza a dar miedo.

El color rojo y azul, cintas amarillas rodeando el edificio. Miles de miradas curiosas acechando, unos incrédulos otros tristes. Las puertas se abrieron, manchas sangre y una sonrisa adornaba tan lúgubre escena.

Todo había comenzado hace unos meses…




Era de noche y el frío calaba hasta los huesos, razón por la cual habían decidido mejor no ir al cine y rentar una película. Todos ya se habían ido a sus respectivas habitaciones, a excepción de JaeJoong y ChangMin. El menor dormía en uno de los sofás y al parecer no tenía muchos ánimos para abandonarlo.
El mayor apagó la luz mientras observaba cómo Min dormía, como si aquel sofá fuera muy cómodo. Un ligero temblor alertó a Jae para ir por una frazada, fue a su habitación y tomó la primera que vio. Se acercó a su dongsaeng y lo arropó, el chico dejó de temblar. Una sonrisa apareció en el blanco rostro mientras le veía dormir, sus labios estaban ligeramente abiertos y, aunque estaba oscuro, estaba seguro de que sus mejillas se hallaban rosadas.
Joong estiró su brazo, acariciando con el dorso de su mano el perfecto rostro de ChangMin, con su pulgar delineó sus finos labios. Se acercó a su cabello e inhaló su olor, olía a frambuesas, otra vez había utilizado el shampoo de JunSu.




El ligero ruido de los trastes hizo que el menor de la agrupación despertara, abrió los ojos y miró hacia la cocina. Ahí se encontraba el rubio cocinando, le dedicó una tierna sonrisa.
-Ya despertaste-susurró.
-¿En serio? Si no nos dices ni en cuenta hyung.-dijo algo irónico el delfín mientras comía. Jae se sonrojó ante su comentario.
-Auch, mi espalda-se quejó mientras se ponía de pie para dirigirse al comedor.
-¿Te duele mucho? Si quieres te doy un masaje.-le comentó mientras ponía su plato.
-No es necesario hyung, un rato más y se me pasa.
-Ah… bueno.-susurró no muy convencido.
-Sabes Jae, me lo puedes dar a mí.-se ofreció el líder sonriendo.
-Voy a estar muy ocupado hoy, no creo poder.-pronunció sentándose para después comenzar a comer.

La expresión de YunHo no tenía precio, su quijada estaba algo floja mientras balbuceaba intentando decir algo. El resto reía menos YooChun, quien observaba detenidamente la escena y razonaba lo ocurrido.
No era extraño que Jae se preocupara por sus “hijos”, pero de un tiempo para acá le estaba dando mucho más importancia al menor que de costumbre. Ni cuando empezaron era tan sobreprotector.

Un recuerdo vino a su mente, había sido hace un par de meses.

Estaban en el camerino, en unos minutos saldrían al escenario. ChangMin era el único que faltaba de arreglarse, estaba teniendo problemas con el vestuario.
-Diablos, ¿cómo se pone esto?-preguntó mientras intentaba descifrarlo.
-A ver, no te muevas.-se acercó Hero descubriendo el pecho del menor, sutilmente acarició sus pectorales mientras le ayudaba a abrochar esa extraña camisa, ya cuando el mayor terminó en su labor por vestirlo le sonrió.

Micky, quien observaba todo desde la puerta, se mostraba confundido. No se necesitaba ser un experto en moda para saber que no era necesario abrir la camisa en su totalidad, como tampoco era el hecho de deslizar sus yemas por los pectorales del muchacho. 


El joven Park se puso de pie y se marchó a su habitación sin decir nada, todos miraron hacia la dirección que había tomado extrañados.
-Qué raro YooChun.-susurró YunHo.
-¿Qué, JunSu? ¿No lo atendiste bien ayer en la noche?-preguntó con una sonrisa pícara el más joven del grupo. El rostro de Xiah se puso más rojo que la bandera de China.


La música a todo lo que daba, las luces multicolores y alcohol por todas partes. Era el cumpleaños del líder de la agrupación amiga, Super Junior. Entre los invitados estaban desde las Girl’s Generation hasta los pequeños de SHINee, cuales quién sabe cómo les permitieron entrar. Tal vez después de todo, la fama importa más que la edad.
En uno de los sillones, alejados del resto se encontraba el más joven de DBSK comiéndose a besos con el Min mayor de SHINee. A nadie le extrañaba el hecho de ver a dos hombres besarse, claro, era una fiesta y el alcohol a veces era traicionero.

Los besos fueron subiendo poco a poco la intensidad, de un momento a otro lo que se comían no eran los labios sino sus lenguas. Jae, se encontraba desde el otro lado observando con el ceño fruncido y cara de pocos amigos aquella escena. Si las miradas mataran, MinHo ya hubiera muerto hace un par de minutos atrás.
Mientras sus lenguas abatían una batalla campal, por ver cuál era el vencedor, la mano del intérprete de “Ring, Ding, Dong” recorría el bien formado pecho de su “hyung”. A la par que la traviesa mano de ChangMin acariciaba las piernas del menor.
Gracias a Dios no pasó nada más, pero el enojo nadie se lo quitaba a Hero JaeJoong.

Cuando llegaron al apartamento, YooChun se fue a la habitación de JunSu mientras ambos arrastraban los pies. Max, aunque se veía bien, no andaba en sus cinco sentidos. 
El mayor le clavó la mirada.

-Acompáñame.-le tiró de la mano hasta su habitación. Ya en ella, lo aventó a su cama y se comenzó a desvestir.
-¿Qué pasa, hyung?-preguntó confundido el muchacho de apellido Shim.
-Así que te andabas besuqueando con el mocoso ese.-dijo sentándose en las piernas del más alto, ocultando su rostro en el fino cuello del menor.- Tú eres mío.-recorrió con su lengua aquel cuello logrando sacarle un suspiro.- No lo olvides Minie.

Totalmente desesperado arrancó la camisa del menor de golpe haciendo que los botones se esparcieran por lo ancho de la habitación. Con su lengua recorría una y otra vez el marcado pecho de Max, lo quería sentir, lo quería saborear.
-Ah… hyung.-soltó en un suspiro al sentir la lengua de su mayor succionando uno de sus pezones con fiereza.-Ah…-soltó un pequeño gemido.

Los brazos de Joong se depositaron alrededor de su cuello, obligándolo a recostarse sobre la cama. Con un poco de anticipación fue bajando los pantalones del más joven, arrebatando la ropa interior también. Llevó una de sus manos a la entrepierna del menor, comenzando a masturbarlo.
-Dime Minie, ¿esto se siente bien?-le susurró al oído mientras pasaba su pulgar en la punta del pene del menor.
-Ah…-gimió.
-Lo tomare como un sí.-sonrió de medio lado. Tomó la mano de ChangMin y lambió dos de sus dedos, guiándolo hasta su entrada, introduciéndose los dedos del menor.
-Ah….-suspiró al sentir los dedos del menor en su interior. Min, extasiado por el placer, se dejó llevar y comenzó a mover sus dedos de forma circular. Haciendo que Jae se estremeciera. Hero se fue moviendo tratando de sacar los dedos de su dongsaeng, cuando al fin estos estaban fuera tomó el miembro de éste y lo introdujo.

JaeJoong comenzó a hacer pequeños movimientos, acercándose al menor y abrazándole por el cuello. ChangMin soltaba suspiros al sentir la estreches del mayor, no podía pensar, sólo sentía.
-Ah… así Minie… así…-repetía entre gemidos Jae. Rozó sus dientes en el hombro del menor dando una pequeña mordida.
-Ah…-soltó completamente excitado.
-Minie… tú eres mío-susurró a su oído. Shim no entendía en ese entonces el verdadero significado tras esas palabras.



-Feliz cumpleaños, MinHo.-le felicitó YunHo al integrante de SHINee, quien acababa de cumplir años y  que se habían encontrado dentro de la compañía. El joven únicamente asentía y sonreía mientras les agradecía. Uno por uno fueron a darle un abrazo, sólo faltaban ChangMin y JaeJoong.

El menor de los presentes le echó una fugaz mirada a Min, algo tímido, como esperando a que él también le felicitara. Un poco nervioso y con pasos lentos e inseguros se le acercó, con algo de torpeza rodeó al chico con sus brazos formando un abrazo.
-Felicidades.-articuló mientras con el rabillo observaba la expresión del más grande de los DBSK. Por un segundo llegó a pensar que en cualquier momento se le abalanzaría al más chico de los seis presentes y lo mataría. Por lo que creyó conveniente alejarse del muchacho inmediatamente.
-Gracias, hyung.-sonrió como cual colegiala enamorada, revoloteando hormonas a su alrededor. Jae únicamente rodó los ojos hastiado.
-Eh…-el líder le dio un pequeño codazo al mayor, y alzando las cejas le dio a entender de que era su turno.
-Ah, felicidades.-le dijo con los brazos cruzados y una sonrisa hipócrita en el rostro, sonrisa que pasó desapercibida por todos a excepción de Park y Shim.


Algo le dijo a ChangMin que esa noche no dormiría y, si acaso, llegaría a cenar. Pues ya sabía muy bien, cómo actuaría y de ante mano, tendría que preparar a su “amiguito” psicológicamente para eso. La prueba de ello, fue el acercamiento, nada delicado que su hyung había hecho hacia su persona a hace unos minutos.

Se encontraba buscando una toalla para limpiarse el sudor, metió la mano en uno de los bolsos buscando el objeto. Hizo una mueca y la sacó. Un poco cansado comenzó a secarse, realmente estaba agotado, YunHo se había frustrado porque era el único al que le fallaba un paso y los había obligado a hacerlo hasta que les quedara perfecto. Para Min no importaba mucho el error, ya que era mínimo y casi ni se notaba. Pero, para YunHo no, el mejor bailarín del grupo, y que muchos se atreverían a decir el mejor de SME, no podía permitir un error así. En fin…

Una traviesa mano comenzó a descender por su vientre hasta su parte más íntima, inmediatamente abrió paso a su rostro para ver quién era la mano de susodicha mano. No le sorprendió ver a Jae en el espejo que vendría a ser la pared del lugar. El joven soltó un suspiro al sentir como aquella blanca mano comenzaba a masturbarle.
Alzó uno de sus brazos recargándose en la pared mientras agachaba el rostro, levantó un poco la vista viendo el reflejo de un U-Know extrañado. ¡Claro! Lo había olvidado, había olvidado completamente que se encontraban todos.

Quitó la toalla en su cabeza y la colocó tapándose su entrepierna, su hyung había escogido un mal momento para ponerse caliente. Con el rostro totalmente rojo se marchó al baño.
Hero encarnó una sonrisa cínica observando la dirección en la que se había ido el menor, llevó su mano a la altura de su rostro y la lamió.
Micky cerró los ojos y posó una de sus manos en la frente, sabía cómo era él, pero nunca pensó que llegara a tales extremos, como revolcarse con el joven Min en sus narices.

Ah… por Dios.

¿Qué haría con los celos de Kim JaeJoong? Sin lugar a dudas, tendría que ponerle un alto. No sabía cómo pero tendría que hacerlo.
El líder encendió el interruptor mientras soltaba un suspiro y tiraba sus cosas, estaba muy cansado pero aun así mantenía su sonrisa victoriosa. Después de muchos intentos había conseguido realizar la coreografía sin ningún error.
JaeJoong comenzó a despojarse de su camisa para marcharse a la ducha, Min soltó un suspiro, un suspiro del que se dio cuenta Park. La blanca mano de YooChun se posó en el hombro del más joven, éste volteó a verle.

-¿Tienes un momento?-arqueó una ceja, el otro asintió y le acompañó hasta su habitación. Max tomó asiento en la cama, mientras Micky cerraba la puerta tras él.- ¿Hay algo de lo que quieras hablar?
-Lo sabes, ¿no?-fue más una afirmación que pregunta.
-Dime, ¿desde cuándo salen?
-Dos meses, cuatro… no sé muy bien. Después de la fiesta de Leeteuk-llevó sus manos al rostro.- No sé qué hacer…
-¿Qué pasó?-soltó preocupado.
-Últimamente, no, él siempre ha sido muy celoso… pero… estos últimos días… ha sido posesivo.-sobó su hombro izquierdo intentando relajarse.
-¿Y…?-alzó las cejas.
-No sé, me da miedo.-admitió- No has visto las miradas que le echa a TaeMin y Kibum cuando se me acercan, y peor cuando se trata de MinHo.
-Ah, ¿lo dices porque en el cumpleaños de Leeteuk te lo estabas comiendo?-comentó pícaramente
-Eh… sí.-respondió avergonzado, ocultando el rostro.
-Pienso que deberías de terminar con Jae.-se sentó a un lado de él.
-¿Eso crees?
-Sí, a no ser que… ¿lo amas?-esa pregunta lo agarró desprevenido. Nunca antes se lo había preguntado. Antes de responder dudó unos segundos.
-La verdad… no lo sé.

Hubo un gran silencio, pero al contrario de los silencios que compartía con Jae, éste era bastante cómodo.

-Termina con él.-la ronca voz de Park lo sacó de su ensimismamiento haciendo que pegara un pequeño brinco.- Termina con él y sal con MinHo.
-Ey, no puedo hacer eso.-dijo entre risas.
-Jajá, es cierto. Eso sería muy pronto.-la expresión de Micky pasó de divertida a seria.- Pero… tienes que terminar con él. Termina antes de que sea tarde.
Aquellas palabras extrañaron al joven Shim. ¿A qué se refería con antes de que sea tarde? ¿Por qué eso le había causado un extraño escalofrío?



No sabía cuándo, pero se encontraba frente al hombre que en las noches le robaba el sueño, literalmente. Sus manos le sudaban y no podía evitar sudar frío, estaba muy nervioso. Había pasado un mes desde que habló con Chun y hasta ese momento había sido capaz de hacerlo.
-Jae… yo…-susurró.
-¿Qué pasa Minie?-se acercó a él, pasando su mano detrás de la oreja del mencionado. El muchacho quitó la mano, negando la caricia.
-Yo… yo… creo que deberíamos terminar.-no sabía cómo había reunido fuerzas para decir eso.
-¿Terminar?-alzó las cejas y preguntó incrédulo.- ¿Me estas pidiendo que terminemos?
-Por favor, Jae. Hyung, esto es demasiado.-articuló el chico.- Tus celos cada vez están siendo peor. Por Dios, ya ni dejas que me acerque a mis amigos.
-Ja, ¿¡ahora soy un celoso!?-exclamó irónico cruzando los brazos.
-Acepto que en un principio me pareció lindo, pero… esto es demasiado. Ya no puedo más. Esto… esto… Yo creo que es mejor que terminemos aquí, esto es mejor para ti y para mí hyung.-llevó una mano a su frente y la otra en su cadera.
-No, por favor Minie.-se abalanzó a él llenándole de besos el rostro.
-No, hyung. Por favor, para.-le apartó.
-Está bien. Está bien.-se alejó.- Es lo que quieres, así que no puedo hacer nada.
-Gracias. Muchas gracias por entenderlo.-le dio un abrazo, Hero cerró los ojos e inhaló el olor que el joven desprendía.- Prefiero que sea así.
Le sonrió y se marchó. La comisura de los labios del mayor se curvó formando una sonrisa, con sus dedos los acarició.
-Terminar, ¿eh? ChangMin… podemos terminar, pero tú eres mío.



Los días pasaron, todo iba normal, demasiado normal. Pensó Shim.
Su hyung había actuado demasiado bien esos días después de que habían terminado, demasiado, pero prefería darle el beneficio de la duda. Sin embargo, YooChun tenía miedo. Un miedo inexplicable. Un miedo que aparecía cada vez que sorprendía al mayor de la agrupación mirando lujuriosamente el cuerpo de Min en los ensayos, de las miradas llenas de odio que desprendía cuando cualquiera se le acercaba.
Dos meses habían pasado, y todo seguía normal.
Micky se había vuelto el escucha y cómplice de ChangMin. Fue el primero en apoyar la relación entre él y MinHo, aunque le había dicho que lo mejor era que su relación fuera en cubierto. Puesto a que temía por la reacción que el mayor de los Dioses.



De su habitación salía el más joven del grupo, estaba bastante arreglado. Acomodó el cuello de su camisa y se encaminó a la salida.
-ChangMin, ¿no te quedarás a cenar?-preguntó Joong quien ponía la mesa.
-Ah… no hyung, estaré muy ocupado con la sesión de fotos. Pienso que terminaré muy tarde, así que mejor cenen sin mí.-les sonrió.
-Está bien.-cruzó los brazos mientras le veía enternecedoramente.



Ya habían pasado aproximadamente dos horas desde que Shim había ido a su entrevista, Boo- llamado así cariñosamente por el resto de los chicos- estaba más que preocupado. YooChun y JunSu estaban muy aburridos y se fueron a ver una película, el líder estaba muy cansado y se fue a recostar. Sólo estaba él despierto y en la casa.
Arrastrando los pies caminó hacia la sala (living) y encendió el televisor, para después dejarse caer en el sofá. Sintió algo duro en su trasero e inmediatamente se puso de pie, era el celular de Min. Sonrió de medio lado y lo tomó.
-Tal vez debería llevárselo.-susurró. Se puso a jugar con él haciendo que la pantalla se iluminara, en ella aparecía la leyenda de “un nuevo mensaje recibido”. Curioso dio clic para leerlo.

“¿Qué pasa Minie?
Ya te tardaste dos minutos, dijiste que serías puntual: P  
Jajá, te estaré esperando en mi habitación.
MinHo.”

Las venas del cuello de JaeJoong comenzaron a saltarse mientras su piel se tornaba rojiza, aventó el celular a la pared contraria rompiéndolo. Se puso de pie y salió del departamento.



Se hallaba frente al lugar donde los SHINee vivían, gracias a su popularidad no le negaron el paso y tampoco se le complico el hecho de conseguir la llave. Abrió la puerta y dio varios pasos silenciosos.
-A-Ah… hyung…-escuchó a MinHo gemir. Totalmente fuera de sí se encaminó a la cocina y sacó lo primero que vio, un cuchillo.

Con pasos sordos comenzó a andar hacia la habitación, la puerta estaba entre abierta. Se podía apreciar el rostro de MinHo bañado en placer, un brazo rodeó su espalda. Una mano que no pertenecía al joven empezó a acariciar su brazo, después de eso vio el rostro de ChangMin besando su espalda.
-¡Ah! ¡Hyung! ¡Así!-en ese momento JaeJoong abrió la puerta, viendo como MinHo era embestido por aquel que era suyo.
-¿Así que esta era la entrevista?-los Min voltearon al escuchar una tercera voz. Inmediatamente Shim salió del interior de su dongsaeng, su rostro reflejaba miedo.
-MinHo… tienes que salir de aquí.-dijo Max alejándolo un poco, su mirada se ubicaba en la mano derecha de su hyung, quien traía un cuchillo.
-Pero…-volteó a verlo preocupado.
-¡Tú sal!-gritó para después echarse encima de Kim.

El menor de los presentes tomó una de las sábanas y se enredó en ella, corriendo hacia la sala, no terminaba de entender pero tenía mucho miedo. Desesperado buscó su teléfono celular, maldecía en lo más bajo el hecho de que fuera táctil, por lo nervioso que estaba no podía sacar el teclado numérico.
Un grito desgarrador proveniente de lo habitación lo alertó.
-Buenas…
-¡Por favor! ¡La policía rápido!-totalmente histérico.
-¿Qué es lo que está pasando?
-¡Un hombre! ¡Un hombre entró a mi casa y está atacando a mi novio! ¡Por favor! ¡Rápido que alguien venga!-las lágrimas comenzaron a brotar de sus oscuros ojos.
-¡¿Qué haces idiota?!-la voz de Jae hizo que volteara, su ropa estaba completamente manchada de sangre.
-¿Cuál es la dirección?-preguntó la mujer.

Rápidamente el mayor se posó frente a él golpeándole en la cara, el impacto fue tan fuerte que el celular salió volando para algún lugar del edificio. Jae corrió hacia él y lo tomó de los hombros, zangoloteándolo y dándole bofetadas para después tirarlo al piso y comenzar a patearlo.
-¡Soy MinHo de SHINee!-el joven gritó con todas sus fuerzas esperando a ser escuchado, con eso como única esperanza dio la dirección.
-De… Detente Jae…-el joven Choi volteó su vista hacia la habitación, en el marco de la puerta se encontraba ChangMin intentando caminar y con una de sus manos en el estómago intentado parar la hemorragia, como si fuera posible.
-¡ChangMin!-fue lo único que pudo decir al verlo tan mal, su rostro estaba golpeado y su cuerpo ya dejaba ver algunos moretones. Joong se encaminó hacia Max y le tomó del cuello, haciendo que el aire se le fuera, la sangre salía cada vez más.
-¿Por qué ChangMin?-preguntó totalmente furioso y con lágrimas en los ojos. MinHo como pudo, se arrastró hasta Hero tomándole de una de las piernas.
-¡Por favor, suéltalo!-había sido demasiado tarde, el cuerpo de Min ya no reaccionaba. Lentamente lo dejo caer.- ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué lo hiciste?!-exigió una respuesta exasperado.
-ChangMin, Minie…-susurró JaeJoong dejándose caer, abrazando el cuerpo de su amado sin vida. El menor totalmente asustado intentó retroceder, pero Kim fue más rápido y le detuvo jalándole del cabello.
-Ah…-se quejó.
-Minie…-seguía abrazándole con su brazo libre mientras con el otro mantenía al SHINee sin poder moverse.- Sabías que eras mío…
-Tienes un problema Jae…-susurró con lágrimas en los ojos, no podía creer que la persona que amaba estaba muerto.
-Todo… ¡Todo es tu culpa!-jaló más fuerte de la cabellera al moreno y dándole una mirada intimidante.- Si tú nunca hubieras aparecido, nosotros seguiríamos juntos.-acercó su rostro al pecho del difunto.
-Estás loco… lo mataste…
-Esta era la única manera de que fuera mío.-dijo mirándolo a los ojos para después darle un beso a Min.
-¡Estás enfermo!
-¡Cállate!


YunHo se sentó de repente en su cama, tenía un presentimiento, un presentimiento de que algo malo estaba pasando. Rápido fue a buscar a JaeJoong, pero éste no estaba, fue cuando encontró los restos del celular de su dongsaeng. Inmediatamente llamó a Park.
-YooChun, Jae ya se enteró de lo de ChangMin.-llevó una de sus manos temblorosa a la frente.- Tengo miedo, tengo el presentimiento de que hizo una locura.

-¡Cállate!-se lanzó al cuello del menor para estrangularlo al igual que a su amante. La respiración se le comenzaba a dificultar. Tenía los párpados fruncidos y las manos en los brazos de su hyung, intentando fallidamente quitárselo de encima.
-¡Ponga las manos arriba!-se escuchó una voz desconocida, sin embargo Hero le ignoró y siguió en su labor por asfixiar al menor.
El uniformado frunció los labios y le disparó en uno de los brazos, tan pronto las manos se despegaron del cuello de Choi, los paramédicos entraron para darle primeros auxilios. Mientras Joong era arrestado.

Fuera del edificio se mostraban el resto de DBSK totalmente preocupados, acompañados por el grupo dueño del departamento. JongHyun estaba siendo detenido por la policía ya que quería entrar.
-¡Puta madre!-gritó fuera de cabales.- ¡Quiero saber qué chingados está pasando! ¡Mi amigo se encuentra con su novio y un loco apareció! ¿¡Cómo  quiere que este!?
-Tranquilízate.-posó Onew su mano en el hombro del menor, aunque lo había intentado, su voz se había quebrado.
-Dios mío…-murmuraba Key, quien se encontraba rezando a cuanto Dios conocía.
Las puertas se abrieron dejando ver a un JaeJoong con la vista perdida y una sonrisa tétrica, su ropa estaba completamente ensangrentada. Key inmediatamente se fue a los brazos de su líder, temía por lo peor.
Una camilla salió dejando ver a un joven quien respiraba artificialmente, tenía sus ojos abiertos, pero parecía no estar ahí. Dejaba ver la marca de unas manos en su cuello, una gota salada se deslizó desde sus orbes.
-¡MinHo!-gritó desgarradoramente TaeMin acercándose a la camilla.
-Por favor, dejenos hacer nuestro trabajo.-pidió el hombre.

U-Know al no ver a su amigo se acercó a ellos.
-¿Y ChangMin? ¿Dónde jodidos está?-estaba desesperado.
-Lo sentimos, intentamos hacer todo lo que pudimos, pero cuando llegamos era demasiado tarde.-los ojos del líder se cristalizaron y volteó hacia la entrada donde se veía otra camilla con un cuerpo totalmente cubierto de pies a cabeza.
-Eso… eso no puede ser.-su labio inferior tembló.
-¡No!-gritó con todo su ser Xiah mientras caía estrepitosamente al suelo. Micky se colocó a su altura y lo abrazó.

Eso… eso era lo que tanto temía.

-Pues así como se había conocido hace unas horas.-hizo una pausa la mujer- El rumor acerca de que el menor de los Dong Bang Shin Ki ha sido asesinado, es cierto. Aun no se ha querido revelar acerca de cuál fue el motivo por el cual, Hero JaeJoong, también integrante de esta famosa agrupación, haya tenido para realizar tal acto. Entre otros de los datos que se han dado, es de que el joven Choi MinHo, integrante de SHINee, también se encontraba cuando ocurrió todo esto. Se dice que también fue atacado. La idea de que haya sido un cri…
La imagen de la televisión se extinguió. Un chico de cabellos oscuros y labios gruesos se encontraba llorando.
-ChangMin…-susurró ininteligiblemente. El resto de sus compañeros se acercaron a la cama de hospital a abrazarlo.


“El amor es el principio de todo, la razón de todo, el final de todo.”
Henri Dominique Lacordaire

FIN